Estudio realizado sobre un tratamiento de fibromialgia con terapias alternativas

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Antecedentes:

Algo más de un año antes de comenzar el estudio, cuando empecé a tomar una de las esencias que se emplearon en el estudio, noté a los pocos días una clara reducción en el dolor de articulaciones que sentía al despertar cada mañana.

Cuando establecí una relación entre la reducción del dolor y el tomar ensencias, empecé a pensar que ese beneficio podría ser un alivio también para otras personas.

Poco después me empecé a interesar por la fibromialgia. Busqué información acerca de ella en Internet y leí un libro y comentarios de diferentes personas en varios foros de Internet.

Pensé que las esencias que tomaba podrían ayudar a las personas que padecían fibromialgia y que, además de esas esencias (de gemas y minerales), deberían incluirse otras (realizadas con flores) que actuaran equilibrando las emociones.

Y, acompañando a esas esencias, sería bueno utilizar una técnica, como Neo-Kine, que redujera el estrés y eliminara los engaños no conscientes que dificultan el recuperar la salud en las personas enfermas.

Basado en lo anterior, hice un proyecto para realizar un tratamiento experimental a lo largo de 2 ó 3 meses para personas con fibromialgia.

Tomé contacto con una asociación de mi localidad y les ofrecí el proyecto por escrito. Unos meses después me contestaron pidiéndome una entrevista para exponer el proyecto a una representante de la asociación.

Tuvimos la entrevista y algunas semanas más tarde me dijeron que se había aprobado el proyecto y que podría realizarlo con las personas que voluntariamente quisieran participar.

A pesar de la aprobación, se notaba que había una gran duda acerca de si habría un número suficiente de personas para realizar el estudio.

Se impartió una charla informativa a comienzo del verano de 2007. Sin embargo, por ser las fechas en las que la mayoría de las personas se van de vacaciones, se decidió realizar otra después de la época “vacacional” del verano.

En septiembre de 2007 se realizó otra charla informativa, esta vez con fechas concretas para comenzar y finalizar el estudio.

Finalmente, el estudio se inició el 2 de Octubre de 2007.

Inicialmente vino un número de personas suficiente como para hacer el estudio; pero cuando fueron haciéndose más reuniones, al “correrse” la voz entre las asociadas, se fue incrementando el número de participantes poco a poco.

Sin embargo, llegó un momento en el que se permitió participar a las personas que se inscribían, pero no se utilizaron sus datos para el estudio, pues se consideró que estarían menos tiempo en comparación con el resto de las personas que participaban desde el principio y que eso reduciría el posible beneficio que este tratamiento experimental podría aportar.



Preparación:

Se dijo a las personas que, en el estudio que íbamos a hacer, no se les pedía que dejaran de realizar ningún tratamiento de salud que en ese momento estuvieran realizando.

También se les advirtió de que las esencias contenían una parte de coñac. Por ello, quien estuviera tomando algún producto contraindicado con el alcohol, debía tomar esencias hechas con vinagre de manzana, en lugar de alcohol. Así se hizo durante todo el estudio y, al entregar las esencias cada semana, se distinguía entre quien las tomaba con coñac y quien las tomaba con vinagre.

Se les hizo saber que el estudio se haría de forma gratuita, tanto para la asociación de fibromialgia, como para todas las personas que participaron en el estudio.

Se les comentó que no se podía dar ningún tipo de garantías acerca de los resultados que se podrían obtener, puesto que se buscaba saber si realmente se producía un cambio a mejor en la calidad de vida de las personas que participaran.

Asimismo se les informó de que no tenían ninguna obligación por participar en el estudio y que, si así lo deseaban, podían abandonarlo cuando quisieran.



Comentarios diversos durante el estudio (sin una fecha precisa):

Aproximadamente hacia la mitad del estudio, una de las participantes comenta a otra persona (fuera de la reunión y ante mí) que el aumento en las horas de sueño que había empezado a sentir en las primeras semanas había desaparecido y volvía a encontrarse como antes de participar en el estudio.

En ese momento recuerdo que los datos semanales de esa persona me habían llamado la atención cuando los anotaba o revisaba unos días atrás, porque eran muy bajos con relación a tomar esencias y a hacer círculos cruzados en casa.

Tras las primeras semanas, en las que hizo lo que les había aconsejado, había reducido mucho la toma de esencias y el hacer círculos cruzados.

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Una participante comenta que, en las reuniones, le resulta fácil hacer círculos cruzados, pero que en su casa le cuesta mucho realizarlos. Supongo que será por sus resistencias no conscientes a hacerlos.

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En las instrucciones que se dan para rellenar las hojas en casa cada semana (con el número de veces que hacen círculos cruzados a la semana y toman esencias cada día), se le da mucha importancia a que pongan la verdad. Esto es así para evitar que se falseen los datos de esas hojas intentando aparentar que se cumple con lo recomendado (en el caso de que no lo hagan).

También en las reuniones semanales se evitó hacer cualquier comentario acerca de que se realizaban poco las prácticas recomendadas como “tarea” para casa. Y se hicieron comentarios para animarles y motivarles a que realizaran la “tarea” para casa.

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Aunque se consideraron los datos de todas las personas; algunas cumplieron casi exactamente con todo lo que se les pidió que hicieran en casa, mientras que otras apenas hicieron un poco más del 60% de lo que se les pidió.

También creo que se dieron varios casos de personas que, inicialmente hicieron menos de lo que se les indicó y, cuando fueron notando resultados en su persona y pudieron verlos en otras personas, se animaron más y empezaron a realizar realmente lo que se les pedía que hicieran en casa.

Por ello, tengo la sospecha de que los resultados del estudio hubieran sido aún mejores si solo se hubieran tenido en cuenta los datos de las personas que hicieron lo que se les pidió durante todo el tiempo que duró el estudio.

Debo aclarar que solo es una sospecha y no lo he comprobado realmente.

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Cuando una persona hablaba de que tenía muchas cosas que hacer durante el día y que eso no le permitía dedicar 5 minutos para hacer el ejercicio de círculos cruzados; entre otras cosas le comenté que había un proverbio árabe que decía que no hay que hacer todo lo que se puede, porque quien hace todo lo que puede, hace lo que no debe.

Ese fragmento del proverbio le llamó la atención a varias personas y comentamos que, cuando se pueden hacer 5 cosas, muchas veces es mejor hacer solo 3 y luego descansar un poco (principalmente si se padece fibromialgia y fatiga crónica).

De cualquier manera, me pareció algo curioso lo del fragmento del proverbio, así que lo busqué y descargué en internet, lo fotocopiamos y se repartió a cada persona del estudio.

Aprovecho para incluirlo aquí, por si le interesa:

No digas todo lo que sabes,
no hagas todo lo que puedes,
no creas todo lo que oyes,
no gastes todo lo que tienes.

Porque el que dice todo lo que sabe,
el que hace todo lo que puede,
el que cree todo lo que oye,
el que gasta todo lo que tiene.

Muchas veces:
dice lo que no conviene,
hace lo que no debe,
juzga lo que no ve,
gasta lo que no puede.

Proverbio árabe.

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Raúl (que tuvo una clara mejoría desde el inicio del estudio en sus dolores y limitaciones) comentó que en una ocasión le dijeron que probablemente tendría esos dolores y molestias durante toda su vida. Afortunadamente se equivocaron, al menos con él.

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Cuando el estudio ya estaba acabando, pude oír varios comentarios (fuera de las reuniones) acerca de que algunas personas del estudio habían cambiado su forma de comportarse y su forma de ver las cosas en sus respectivas vidas.

Aunque no se mencionaban personas concretas ni hechos concretos, se decía con un tono y unos gestos que me parecía que indicaban que las personas acerca de quien se hacían los comentarios habían empezado a expresar cosas que antes ocultaban o reprimían. Y que ya no se callaban ante cosas o situaciones que les perjudicaban y/o molestaban.

Por esa época, fuera de la reunión, una participante que me había comentado que sufrió maltratos de su marido durante muchos años y estaba separada, se enfrentó a él cuando él intentó volver a ser su pareja contra la voluntad de ella. Y por la forma en que me lo comentaba, era evidente que fue una reacción bastante fuera de lo común en ella.

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En uno de los últimos días de reunión, una de las participantes en el estudio me comentó (fuera de la reunión y ante, al menos, otra persona) que “antes” (supongo que se refería a antes de participar en el estudio) ella solía tener muchos deseos de comer chocolate después de comer al mediodía y que ahora ya no sentía esa necesidad. Y me preguntaba si sabía cual podía ser la causa de ello.

La verdad es que en aquel momento me quedé con la mente “en blanco” y, aunque me parecía que debería ser fácil contestarle, la verdad es que no me “venían” ni las ideas ni las palabras adecuadas para ello.

Sin embargo, otra persona que estaba también en la conversación (no recuerdo si habían más) le dijo que era porque antes tomaba el chocolate para calmar la ansiedad que tenía y que ahora, al no sentir esa ansiedad, tampoco sentía la necesidad de consumir chocolate.

Recuerdo que me sorprendió y admiró la rapidez y eficacia con la que la otra participante en el estudio le contestó. Y menos mal que estaba presente, porque una respuesta mía en aquel momento no hubiera sido ni tan directa ni tan clara.

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En la “hoja semanal” en la que se anotaban el número de tomas de esencias diario y los días en que se hacía círculos cruzados, también había un apartado “libre” en el que cada persona podía anotar los cambios que notaba en esa semana si así lo deseaba.

A veces se rellenaba por las personas que participaron en el estudio y a veces no se rellenaba.

Aquí se reproducen 3 comentarios de una de las personas que participó en el estudio, pues al leerlos seguidos cuando terminó el estudio (y no semana a semana, como lo hacía normalmente) creí “ver” una secuencia de experiencias muy interesante que aparecían reflejadas en los comentarios:

6 de Noviembre de 2007: “Me siento mal, cada vez peor, más dolor, más ansiedad, más miedos, no se creo que mi enfermedad está empeorando. Creo que voy a dejar este tratamiento”.

20 de Noviembre de 2007: “Decidí seguir con el tratamiento. Estoy mejor, mucho mejor. Reconozco que ha sido muy duro pero ahora me siento mucho mejor, duermo más, tengo menos dolor y sobre todo me siento más fuerte. Quiero curarme, no quiero estar enferma”.

18 de Diciembre de 2007 (la última Equilibración se hizo la semana anterior) : “Esta semana me sentía tan, tan feliz que la ansiedad casi me mata, pero más alegría me dió comprobar que podía controlarla. Me siento mucho mejor o tal vez he madurado. Lo cierto es que puedo controlar mis tristezas, mis alegrías y eso me ayuda a no estar enferma.”.